BETTY DAVIS - BETTY DAVIS - COLOR CLARO - LP DE VINILO

Es difícil imaginar la magia musical rompedora de géneros y transcultural de Outkast, Prince, Erykah Badu, Rick James, The Roots o incluso los primeros Red Hot Chili Peppers sin la influencia de la pionera del R&B Betty Davis. Su estilo de punk-funk crudo y revelador desafía cualquier idea de que las mujeres no puedan ser visionarias en el mundo del rock y el pop. En los últimos años, raperos como Ice Cube, Talib Kweli y Ludacris han rimado sobre su música, intensa y a la vez sensual.

Hay un testimonio universal sobre Betty Davis: fue una mujer adelantada a su tiempo. Hoy en día, esto puede no ser tan evidente como hace treinta años: vivimos en una época profundamente transformada por la ostentación de la sexualidad femenina: de Parlet a Madonna, de Lil Kim a Kelis. Sin embargo, allá por 1973, cuando Betty Davis apareció por primera vez con sus botas go-go plateadas, su sonrisa deslumbrante y su imponente afro, ¿con quién podría compararse? Marva Whitney tenía la voz, pero no la independencia. Labelle no se volvería sexy con su «Lady Marmalade» hasta un año más tarde, mientras que Millie Jackson no se sintió «Feelin' Bitchy» hasta 1977. Incluso Tina Turner, la predecesora más obvia del estilo feroz de Betty, no se libró por completo de la sombra de Ike hasta finales de la década. La singular historia de la Sra. Davis, lamentablemente aún en su mayor parte desconocida, es única en la música popular. Betty escribió la canción "Uptown" para los Chambers Brothers antes de casarse con Miles Davis a finales de los 60, influenciándolo con el rock psicodélico y presentándole a Jimi Hendrix, inspirándole personalmente el clásico álbum "Bitches Brew". Pero su talento para componer también era muy avanzado para su tiempo. Betty no solo compuso todas las canciones que grabó y produjo todos los álbumes posteriores, sino que también compuso las melodías que permitieron que The Commodores firmaran con Motown. El sello de Detroit no tardó en llamar, ofreciéndole un contrato de composición con Motown, que Betty rechazó. Motown quería ser dueña de todo. De camino al Reino Unido, Marc Bolan, de T. Rex, animó a la creativa a empezar a componer por su cuenta. Un hilo conductor en la carrera de Betty sería su inquebrantable ética del "hazlo tú mismo", que la llevó a rechazar rápidamente a cualquiera que no encajara con su visión. Finalmente, rechazaría a Eric Clapton como productor de su álbum, considerándolo demasiado banal. En 1973, Davis finalmente despegó su cósmica carrera con un debut homónimo de hard funk progresivo y sweet soul. Davis demostró su talento único e intenso e incluyó joyas como «If I'm In Luck I Might Get Picked Up» y «Game Is My Middle Name». El álbum «Betty Davis» se grabó con la sección rítmica de Sly & The Family Stone, con una producción impecable del baterista de Sly Stone, Greg Errico, y contó con los coros de Sylvester y las Pointer Sisters.